Los hijos del ‘beat’ Part Two
En 1970, Kraftwerk [Estación de poder], el mayor
exponente de ese movimiento, se convierte en uno de los primeros grupos en
popularizar el sintetizador. Simultáneamente, otras culturas empiezan a
apropiarse de ese instrumento, que pronto permea todos los sectores de la
música comercial, desde el rock progresivo, en bandas como Pink
Floyd y Emerson, Lake and Palmer, hasta el disco, género que sufre
una revolución electrónica gracias a la canción I Feel Love,
grabada en Múnich en 1977 por Donna Summer y Giorgio Moroder. El compositor
inglés Brian Eno, quien en ese entonces producía la trilogía de Berlín de David
Bowie, corrió a donde este después de oírnción de Summer y le dijo: “He
escuchado el sonido del futuro”.
DJ Fruto
En Colombia, como en el resto del
mundo, el disco explota con un evento específico: el estreno de Saturday
Night Fever (1977), película sobre un
joven de Brooklyn (John Travolta) que durante el día trabaja vendiendo pintura,
pero que de noche se transforma en la estrella de la discoteca 2001 Odyssey. De
repente, llega al país la moda de capules, camisas brillantes y zapatos con
plataforma. Todos querían bailar como Travolta. “Comenzaba la onda de los dj y
me fui a Nueva York a comprar luces, espejos y máquinas de humo para abrir La Disco”,
recuerda Willi Vergara, locutor y melómano. En su club, al igual que en otros,
se abriría la puerta a una cultura de baile hedonista y promiscua, que fue
rápidamente apropiada por la comunidad gay, y que más adelante daría pie a la
música electrónica como se conoce hoy, principalmente el techno de
Detroit y el house de Chicago.
DJ Nick
Tanto Fresh como Gerard recuerdan que en 1984 el
disco seguía en boga, a pesar de que ya se le había declarado la muerte en
Estados Unidos. La vida de ambos tomó un giro drástico ese año. Fresh vio por
primera vez la cinta Beat Street, sobre la escena del break
dance y el hip-hop –que incorporaba sonidos electrónicos– en Bronx, Nueva
York. “La vi y me cambió todo el concepto. Me conecté. Salías a la
esquina y había manes pendientes de tus movidas. Cada uno hacía sus rimas y
bailes. Había batallas entre barrios con música de Kraftwerk y Afrika Bambaataa.
Había una rebeldía en la forma de vestir, de caminar, de ser diferente de la
gente del sistema que trabajaba”, recuerda. Esa escena duró dos años, y poco
después, en 1988, Fresh se volvió dj “por necesidad y para tocar toda la música
que tenía”. Mezclaba en Rumba Latina, en el centro de Bogotá, y los domingos en
Atlántida, en el barrio 20 de Julio.
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