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lunes, 29 de septiembre de 2014

Los hijos del ‘beat’ Part Two


         


                            Los hijos del ‘beat’  Part Two 


En 1970, Kraftwerk [Estación de poder], el mayor exponente de ese movimiento, se convierte en uno de los primeros grupos en popularizar el sintetizador. Simultáneamente, otras culturas empiezan a apropiarse de ese instrumento, que pronto permea todos los sectores de la música comercial, desde el rock progresivo, en bandas como Pink Floyd y Emerson, Lake and Palmer, hasta el disco, género que sufre una revolución electrónica gracias a la canción I Feel Love, grabada en Múnich en 1977 por Donna Summer y Giorgio Moroder. El compositor inglés Brian Eno, quien en ese entonces producía la trilogía de Berlín de David Bowie, corrió a donde este después de oírnción de Summer y le dijo: “He escuchado el sonido del futuro”.



                                                                                   DJ   Fruto

                      

En Colombia, como en el resto del mundo, el disco explota con un evento específico: el estreno de Saturday Night Fever (1977), película sobre un joven de Brooklyn (John Travolta) que durante el día trabaja vendiendo pintura, pero que de noche se transforma en la estrella de la discoteca 2001 Odyssey. De repente, llega al país la moda de capules, camisas brillantes y zapatos con plataforma. Todos querían bailar como Travolta. “Comenzaba la onda de los dj y me fui a Nueva York a comprar luces, espejos y máquinas de humo para abrir La Disco”, recuerda Willi Vergara, locutor y melómano. En su club, al igual que en otros, se abriría la puerta a una cultura de baile hedonista y promiscua, que fue rápidamente apropiada por la comunidad gay, y que más adelante daría pie a la música electrónica como se conoce hoy, principalmente el techno de Detroit y el house de Chicago.


                                                                             DJ   Nick

                             

Tanto Fresh como Gerard recuerdan que en 1984 el disco seguía en boga, a pesar de que ya se le había declarado la muerte en Estados Unidos. La vida de ambos tomó un giro drástico ese año. Fresh vio por primera vez la cinta Beat Street, sobre la escena del break dance y el hip-hop –que incorporaba sonidos electrónicos– en Bronx, Nueva York. “La vi y me cambió todo el concepto. Me conecté. Salías a la esquina y había manes pendientes de tus movidas. Cada uno hacía sus rimas y bailes. Había batallas entre barrios con música de Kraftwerk y Afrika Bambaataa. Había una rebeldía en la forma de vestir, de caminar, de ser diferente de la gente del sistema que trabajaba”, recuerda. Esa escena duró dos años, y poco después, en 1988, Fresh se volvió dj “por necesidad y para tocar toda la música que tenía”. Mezclaba en Rumba Latina, en el centro de Bogotá, y los domingos en Atlántida, en el barrio 20 de Julio.

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